¿Qué es el babywearing?
El babywearing es lo que en español llamamos porteo …no sólo una opción alternativa al común cochecito bebé, sino una verdadera manera de criar a nuestros hijos, cerca de nuestro corazón.
El porteo existe en muchas culturas desde hace miles de años (todos hemos visto imágenes de mujeres africanas llevando a sus hijos en fulares a la espalda), y en la nuestra está volviendo a ponerse de moda tras muchos años de olvido. Y las opciones que tenemos son muchísimas.
Pero para empezar vamos a hablar de los beneficios del porteo, que son muchísimos.
¿Cuáles son los beneficios del porteo?
Es una manera de potenciar el apego seguro entre bebé y padres. En estudios realizados en madres adolescentes se ha visto que las que portean son más predispuestas a cuidar de sus bebés y es más fácil la aparición del apego sano entre madre e hij@.
Los bebés porteados son más tranquilos y lloran menos ya que se sienten seguros cerca de su mamá (o papá).
Sintiéndose más tranquilos, estos bebés también duermen mejor. Suelen ser niños que concilian el sueño con más facilidad y durmen más horas al día y con mejor calidad del sueño.

Favorece la lactancia materna ya que la presencia de nuestro bebé cerca provoca la secreción de oxitocina y prolactina, las hormonas encargadas de la lactancia. Además con el porteo delantero el bebé tiene más fácil acceso a las mamas. Las educadoras de porteo enseñamos también a las mamás como amamantar a sus hij@s mientras los portean.
Reduce la incidencia de depresión post-partum ya que ver a nuestro bebé tranquilo y feliz nos ayuda mucho, además del efecto positivo sobre nuestro humor de la oxitocina.

Permite tener 2 manos libres para seguir realizando las tareas de la vida diaria, además de atender a las necesidades de los hij@s mayores…es una gran ayuda, ya que las mamás primerizas muchas veces no conseguimos ni prepararnos un plato de comida porque nuestro retoño “pide brazos”.
El porteo suele prevenir los cólicos del lactante y el reflujo: el contacto continuo de la barriga del bebé con la del porteador es como un masaje y la posición vertical evita los reflujos de ácido desde el estómago además de favorecer la expulsión de gases.
El porteo favorece el desarrollo del sistema nervioso ya que el bebé está siempre a contacto con los padres y se le presta más atención, se le habla más, se juega más con él, etc.
Favorece la relación entre el bebé y el papá, que en esta primera etapa suele ser más limitada por la lactancia materna. Si el papi portea a su bebé pasa más tiempo con él y el apego seguro empieza antes.

Nos ayuda en el tratamiento de la Displasia del Desarrollo de la Cadera ya que la posición del porteo ergonómico con las piernas en M (posición de ranita) es la recomendada en esta condición. Además es posible portear a bebés que lleven puesto el el arnés de Pavlik, con la ayuda de una educadora de porteo.
Es una manera de prevenir la plagiocefalia ya que el bebé pasa menos tiempo acostado
También puede complementar el tratamiento de la tortículis muscular congénita ya que podemos cambiar con frecuencia la posición de la cabeza del bebé mientras lo porteamos.
Mejora el tono muscular del bebé ya que la posición “suspendida” le permite moverse mucho más que si fuera acostado.
Parece que el porteo conlleve una mejor evolución de los bebés prematuros si son porteados desde el nacimiento.
Nos ayuda a mantenernos en forma ya que portear a diario es un entrenamiento para nuestra espalda.
No hay que olvidar que el porteo puede ser la única manera que tienen de abrazar a su bebé los padres con diferencias funcionales y discapacidades físicas.
…y criar a un hijo porteándolo es una experiencia absolutamente maravillosa y enriquecedora para ambos.
¿Qué opciones hay para portear?
Las posibilidades son muchísimas: camisetas de porteo, fulares elásticos, fulares tejidos, bandoleras, half-buckles como mei-tais, mochilas, etc.
Cada uno de estos porteos tiene sus peculiaridades. Algunos, como los fulares tejidos, se pueden utilizar durante toda la etapa de porteo, desde el nacimiento hasta que nuestros niños ya no quieran ser porteados o que nuestra espalda ya no aguante más (estoy hablando de niños grandes…hasta 5-6 años).

Otros, como las mochilas y los mei-tais tienen que modificar sus ajustes a medida que el niño crece y muchas veces hay que sostituirlos con otros más adecuados con el pasar del tiempo.
Hay otros, como las bandoleras, que también se pueden usar desde el nacimiento hasta el final de la etapa de porteo, pero no pueden ser utilizadas como “único porteo” ya que es un sistema asimétrico que no permite muchas horas seguidas de uso, porque podría afectar a la espalda del porteador.
En fin, que hay muchísimas opciones, y justamente por eso existimos nosotras, las asesoras de porteo, que enseñamos a los padres todas las posibilidades, ayudándolos a elegir las que más se adaptan a sus necesidades, además de educarlos al uso correcto de cada tipo de porteo.
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